Articulo Publicado en la Revista Aquí Latinos Internacional
En los últimos meses se ha verificado muchas quejas de ciudadanos bolivianos que han visto denegadas sus visas de ingreso al espacio Schengen por motivos que no alcanzan a entender. A una boliviana cuyo padre fue operado de cáncer, que solicitó por todos los medios que se le extendiera una visa para poder ir a verlo después de la operación, se la negaron. Dos nacionalizados españoles, que intentaron traer a su madre de 75 años de visita, con carta de invitación y garantía notariada de su mantenimiento en España, recibieron un rechazo de parte del Consulado de España. A otra boliviana enferma de cáncer, que solicitó que su madre viniera a verla, le rechazaron la solicitud. Uno que intentó traer a su padre, de 63 años, también recibió una negativa. A ninguno se le devolvió el dinero que habían pagado por el procedimiento, que asciende a una suma considerable para el promedio de ingresos per cápita del país andino.
En Latinoamérica solamente Bolivia, Ecuador, Guayana y Surinam deben solicitar visado. En Bolivia, los requisitos son costosos, complicados y demandan mucho tiempo. Aunque existen diferentes tipos de permisos, generalmente se exige: solvencia económica, expresada en 100 € diarios para gastos durante la estancia en Europa; prueba verificada de alojamiento; evidencia que el solicitante regresará al país de origen (por ejemplo, una reserva de pasaje de retorno, documentos que demuestren compromisos familiares o laborales, dependientes que se quedan en el país, contratos de trabajo vigentes, etc. y contar con un seguro de viaje. Finalmente, la obtención de la cita para presentar la documentación demora dos o tres meses. Si alguno de estos requisitos no se cumple, lo más probable es que la visa sea rechazada. De acuerdo con los consultados, y en función a veces incluso cumpliendo todos los requisitos la visa les fue negada.
Es muy importante que los gobiernos boliviano y ecuatoriano tomen conciencia del asunto, y puedan abogar seria y consistentemente por los ciudadanos que desean y necesitan desplazarse por razones familiares o médicas, y que ven rechazadas sus peticiones, y que mínimamente, si la visa es negada, se les devuelva el dinero; o aún mejor, puedan permitirles ver a sus seres queridos u obtener el tan deseado procedimiento médico. Este tipo de visas no responden al turismo convencional, o a motivos de trabajo u otros ordinarios, y por lo tanto debieran extenderse por un sentido de humanidad y solidaridad.
También hay que intensificar las gestiones diplomáticas para la supresión total del visado.
Texto: N. Elizabeth Jiménez Landívar ejimenezl@gmx.com
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