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martes, 16 de agosto de 2022

Mujeres bolivianas en Barcelona: luchadoras generosas y anónimas

Artículo publicado originalmente en fecha 15 de junio de 2021 en el matutino Página Siete

Vivir en el extranjero es el sueño de muchos bolivianos, los números son fiel reflejo de esta realidad. En el año 2019, más de ochocientas mil personas –en su mayor parte mujeres- salieron del país; es decir, el 7,63% de la población.

Los motivos principales que impulsan esta decisión en las migrantes bolivianas son: encontrar un trabajo, ayudar a la economía familiar, emprender un negocio o inclusive alejarse temporalmente de la pareja; en suma, mejorar la calidad de vida. Buscando esta meta, Buenos Aires, San Pablo, Madrid o Miami se constituyen destinos ideales en la búsqueda de un vivir mejor. Sin embargo, la realidad muestra que este cambio trascendental lleva consigo gran cantidad de dificultades en el camino y numerosos efectos secundarios.

Del otro lado del océano, en España, se encuentra Barcelona. La comunidad boliviana en España es la segunda más numerosa en el extranjero. La primera se ubica en la Argentina. Particularmente en Barcelona, la comunidad de mujeres latinas más grande es la hondureña, mientras que la boliviana ocupa el segundo lugar.

Según los datos oficiales, únicamente el 15% de las migrantes bolivianas que llega a Barcelona tiene un grado académico. El resto se ubica en niveles de educación primaria y secundaria. No sucede lo mismo con otros países latinoamericanos. Una investigación realizada por la Universidad Autónoma de Barcelona constató, por ejemplo, que las migrantes venezolanas llegan en general con formación elevada (grado, postgrado, máster e incluso idiomas), por lo que se encuentran en mejores condiciones para enfrentar la descualificación profesional típica del migrante y superarla en poco tiempo para trabajar en su campo, o bien buscar otros itinerarios formativos partiendo de su nivel educativo previo.

En cuanto al trabajo, más del 80% de las bolivianas comienza como empleada de hogar, brindando servicios de limpieza por horas, o cuidando personas mayores. El aspecto crítico es que el estudio demuestra que las bolivianas tienden a permanecer en estos nichos laborales prácticamente hasta el final de su vida productiva. Una parte muy pequeña logra continuar su educación y desempeñar funciones en ámbitos mejor remunerados y con más garantías y derechos (derecho al paro, baja maternal, baja por enfermedad, …), y, por lo tanto, con mayor prestigio social.

En materia de vivienda, a diferencia de la población femenina ecuatoriana, peruana, colombiana, etc., que después de cierto tiempo puede acceder a una vivienda completa en alquiler o inclusive comprar un departamento, etc., el estudio plantea que para la población boliviana la situación es diferente. Ellas normalmente comparten departamento o inclusive comparten habitación; es normal encontrar a toda una familia viviendo en un cuarto, con el fin de ahorrar dinero para enviar remesas a sus familiares o para emprender algún proyecto personal.

En un primer mundo tan desarrollado y competitivo, establecerse en estas condiciones supone una dosis fuerte de ansiedad y estrés hasta encontrar trabajo, y luego la exposición extendida en el tiempo a las actividades físicas, que implican monotonía, exposición a tóxicos, discriminación, etc., claramente influirán en la salud de las migrantes. Se añade a esto la carga emocional adicional de ocuparse del cuidado familiar y de los hijos y otros allegados que están con ella, así como los que quedaron atrás. Un panorama de sacrificio en la búsqueda de los sueños personales.

Adicionalmente, por diversas razones la representación boliviana en Barcelona se encuentra concentrada en realizar sobre todo una gestión administrativa eficaz: entrega de pasaportes, elaboración de poderes y certificados, empadronamiento, etc. Mientras tanto, la migrante recién llegada a Barcelona la mayor parte de las veces no sabe adónde ir, qué hacer, y si bien las redes familiares, de amigos, conocidos, etc. funcionan en estos casos, lo mejor es implementar mecanismos para que todas estén bien informadas de sus condiciones y posibilidades, pues esto afecta su capacidad de decisión, así como las previsiones que realiza antes de efectivizar este emprendimiento trascendental.

En este sentido, se necesita una labor de orientación y apoyo institucional al colectivo migrante boliviano, especialmente a las mujeres indocumentadas, con relación a sus derechos humanos y laborales, a las posibilidades de formación, fuentes potenciales de trabajo, etc.; es importante establecer mecanismos para escuchar y actuar ante los diversos abusos de empleadores, de instituciones y finalmente eventuales fallos del sistema.


Adicionalmente, es imprescindible que el gobierno boliviano a través de sus legaciones correspondientes pueda establecer una relación fluida con su homólogo español, y específicamente con el gobierno local, para desarrollar negociaciones destinadas a favorecer la regularización y la continuidad de la educación de la gran cantidad de indocumentadas bolivianas que existen actualmente. Cabe anotar que los primeros tres a cinco años, las personas indocumentadas no tienen derecho a indemnización aun habiendo sido despedidas sin justificante, puesto que se encuentran fuera del marco legal. Existen mujeres que han trabajado 8, 10, o 15 años seguidos en un mismo hogar, y ante un despido sin previo aviso, los eventuales jefes no cumplieron con las obligaciones prescritas por ley para la población, cuya situación migratoria está ya regularizada. En este marco, cabe recordar la existencia del Convenio 180 de la OIT que establece unos derechos mínimos para las trabajadoras del hogar y del cuidado a terceros, protege a las empleadas domésticas, y las integra en la seguridad social. Hasta el momento, el Estado Español seguiría sin ratificar el Convenio 189 de la OIT. De ahí se deriva la importancia de realizar gestiones a nivel diplomático dirigidas hacia el apoyo a este objetivo.

Por otro lado, las autoridades también deben apoyar de todas las formas posibles, la profesionalización en Barcelona del trabajo de limpieza y/o cuidado de niños o mayores que realiza la mayor parte de la comunidad femenina boliviana.  Si bien se han realizado una serie de cursos de educación a distancia a nivel técnico medio, el estudio menciona que, ante la exagerada cantidad de requisitos y el trámite engorroso, varias de las entrevistadas admitieron no haber podido ni siquiera formalizar su inscripción.  En este sentido, hay que anotar que los organismos oficiales catalanes patrocinan y ejecutan gran cantidad de cursos de profesionalización en diversos oficios tales como jardinería, cuidado de personas mayores, limpieza, etc.; pero esta información no llega al colectivo boliviano que en general se encuentra focalizado en trabajar. Una consecuencia lógica es el bajo nivel de participación en instancias de coordinación y de empoderamiento o socialización.

Finalmente, ya en el ámbito personal, es importante mejorar la calidad del nivel educativo personal antes de emprender el viaje. Hay que considerar que, una vez aterrizado el avión, hay muchas tareas urgentes: buscar una vivienda, familiarizarse con el sistema de transporte, realizar infinidad de trámites burocráticos para acceder a servicios de telefonía móvil, registro en el sistema de salud, empadronamiento, etc.

El fenómeno migratorio femenino boliviano en Barcelona está hoy constituido por mujeres que anhelan mejores condiciones de salud, educación, oportunidades financieras y laborales para su futuro y el futuro de su familia. A pesar de la dura realidad, la presencia masiva del colectivo femenino boliviano demuestra que es posible, que siempre hay caminos y que al final lo que más cuenta es la voluntad de salir adelante.

¿Qué estudiar si se quiere ir a España? Hoy en día las carreras más demandadas a nivel de técnico medio son: gestión administrativa, auxiliares de enfermería, e instalaciones eléctricas y automáticas. Es posible obtener un grado medio en estas áreas que luego pueda ser factible de convalidación.

Las TIC en la escuela boliviana.

Artículo publicado originalmente en fecha 3 de diciembre de 2017 en el matutino Página Siete

En la actualidad las sociedades industrializadas se caracterizan por el manejo masivo del conocimiento y su aplicación intensiva en la esfera económica. La vinculación entre conocimiento científico, tecnología y producción juega un rol clave en el desarrollo occidental.

En el campo educativo, como expresan Carneiro, Toscano y Díaz, “si el conocimiento es el motor de nuevas economías, su combustible es el aprendizaje”. No en vano citan como causa histórica principal de la expansión económica norteamericana de la segunda mitad del siglo XX la generalización de la enseñanza secundaria en Estados Unidos.

Poca información

Existe poca información con relación al uso y apropiación de las tecnologías de la comunicación y la información en Bolivia, particularmente en el área educativa. Según la  Unidad Especializada de Formación Continua (Unefco), no existen antecedentes sobre la implementación de recursos tecnológicos ligados a los diferentes modelos de desarrollo nacional, encontrándose que el aporte tecnológico vino del extranjero, y una dependencia absoluta de la tecnología foránea.

A nivel latinoamericano, la situación difiere mucho de país a país. Existen algunos que demuestran un interés marcado por la actualización y el mejoramiento permanente en materia de uso y apropiación de las TIC en educación, mientras que otros se encuentran intentando desarrollar esfuerzos básicos de tipo infraestructural, tales como la provisión consolidada de conexión a internet, y la provisión de equipamiento tal como computadoras, monitores, laptops, pizarras inteligentes, hardware y software, etc., a todas las unidades educativas.

Sin embargo, se puede afirmar que prácticamente todos los países latinoamericanos han planificado e implementado algún tipo de política o plan de TIC en todos los niveles educativos. En este marco, la proporción de alumnos por computadora varía enormemente, tal como se aprecia en el cuadro adjunto.

Se aprecia el liderazgo de Uruguay, país que aplicó el modelo 1:1 en la entrega de computadoras personales a cada estudiante. En el otro extremo figuran países como República Dominicana, con 122 alumnos por computadora, y Nicaragua con tasas de 84 y 74 alumnos por computadora, promedios deficientes. Bolivia muestra uno de los índices más bajos: 55 alumnos por computadora. Aunque es posible que durante los últimos cuatro años este índice se hubiera revertido como producto de la política de adquisición de nuevas tecnologías del Gobierno nacional.

Las estrategias locales

Las estrategias bolivianas son: la consolidación de la conectividad nacional para la educación, el fortalecimiento e implementación de los recursos pedagógicos o telecentros educativos comunitarios, el desarrollo del proyecto “una computadora por docente”, el proyecto de entrega de computadoras a alumnos y otros agentes educativos, y la consolidación de un portal educativo. No existe estrategia específica de fortalecimiento docente, aparte de un componente de capacitación indirecta, es decir, la entrega de computadoras y un portal educativo para los profesores (www.educabolivia.bo).

Éste ha permitido la conformación de la primera red de maestros, que hoy en día está realizando una serie de capacitaciones en TIC para la educación, con cursos de Uso de internet en entornos 2.0, Facebook en la educación, Uso y desarrollo de blogs, etc.

La modalidad de enseñanza es semipresencial, y el público objetivo son los docentes con conocimientos previos sobre las herramientas básicas de computación. De acuerdo a EducaBolivia, hasta 2015 se graduaron ya más de 5.000 maestros.

Por otra parte, el proyecto Una computadora por docente  implicó capacitación para el uso adecuado del software incluido en las computadoras. Sin embargo, este software es de carácter básico y general, no especializado para fines educativos. La entidad acreditada para esto fue Unefco, que coordina sus actividades con la Red de Centros de Formación Continua de Maestros, con filiales en las capitales de departamento y las ciudades intermedias.

Hasta mayo de 2016, la Unefco desarrolló cursos de capacitación en el Uso de las TIC en la práctica educativa, alcanzando un total de 107.290 participantes. El mayor índice de participación de maestros se dio en las ciudades de La Paz y Santa Cruz.

Sin embargo, existe un amplio grupo de docentes que todavía no ha recibido formación en este campo. Los datos de 2012 confirman que existe un grueso grupo de alrededor de 65.000 maestros que no está capacitado para desarrollar actividades con TIC en general y con sus computadoras, en especial. Como consecuencia, a pesar de contar con una computadora dotada por el Gobierno, muchos maestros no las han explorado lo suficiente, que es el primer paso para avanzar en el desarrollo y aplicación de la tecnología en las aulas educativas.

El equipo no basta

Los estudios han demostrado que la provisión de una computadora a los estudiantes en general no eleva el rendimiento académico si es que su uso no se realiza en un ambiente controlado (donde se guía al usuario hacia ciertos objetivos planteados). Lo mismo sucede con la provisión de estas herramientas a los docentes. Con la sola provisión no basta. Es absolutamente necesario proveer un entorno positivo, que les permita obtener el máximo beneficio de esta herramienta, la que per se no implica una mejora en la práctica educativa.

La exposición de uno de los “genios” bolivianos en el marco de los clubes de ciencia, iniciativa muy positiva para el avance de la ciencia en Bolivia, también lo confirma: las herramientas tecnológicas deben ir acompañadas por el resto de los elementos que conforman el desarrollo tecnológico, es decir, la capacitación humana.

La calidad educativa pasa por el establecimiento de objetivos educativos acordes con la realidad nacional y con las necesidades educativas de la población. Sin embargo, hoy en día es imposible ignorar el desarrollo que a nivel tecnológico las naciones vecinas están empeñadas en lograr mediante grandes esfuerzos que reconocen el valor de la tecnología para el desarrollo.

Es importante ampliar el espectro de opciones de capacitación, modalidades, horarios, de manera tal que todos los docentes estén en condiciones de acceder fácilmente a ella. A largo plazo es vital seguir invirtiendo en educación, sobre todo fortaleciendo al agente que se encuentra más desafiado por la tecnología en el marco escolar, es decir, al maestro.

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